miércoles, 24 de diciembre de 2014

ASOMBROSA RECUPERACIÓN DE UNA BECADA HERIDA





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LA GRAN CAPACIDAD DE LA BECADA PARA RECUPERARSE DE LAS LESIONES DE CAZA


En una entrada previa titulada la Becada cirujana traumatóloga, ya lo comprobamos con una fractura del tarso metatarso. Este es un caso diferente.

Hace unos días el amigo Vicente Rodriguez , caza una becada.
Le llama la atención una  gran herida  con sangre   coagulada en el lado derecho de la pechuga y una asimetría de aspecto comparada con el izquierdo ya que la zona está deprimida.

Tiene interés en que la examine  y me la trae. Detalle que le agradezco.

Es una becada adulta en muda completa. Está delgada con la quilla esternal prominente y sin grasa en el pliegue cutáneo del cuello, También se nota a la palpación la asimetría de ambos pectorales.
Esta es la imagen, que presenta una gran escara sobre el pectoral derecho.





Escara, que levantamos con cuidado, apreciando un gran coagulo de sangre ,bien organizado y duro, posiblemente de unos siete días  con detritus  de tejidos blandos  piel plumón y musculo incluidos en él ,comprobando  que afecta a toda la porción superior del músculo pectoral derecho, por debajo de la rama derecha de la horquilla esternal. Son notables las esquirlas óseas

Debajo queda un hueco, de más de 2 cm de profundidad.





Despegando la piel sobre el pectoral izquierdo encontramos otra herida que atraviesa el  musculo.  Es el agujero de entrada del perdigón, que arrastró e introdujo en ella  dos plumas tectrices y otra de plumón. También  un pequeño coagulo.

La gran diferencia entre la lesión producida por el perdigón a la entrada y  a la salida se debe, a que el perdigón impactó en el hueso cricoides, produciendo una fractura conminuta, dispersando y empujando las esquirlas  óseas contra el pectoral opuesto, destruyendo tejido muscular y piel creando el gran boquete de salida, y notable  hemorragia, que pronto detuvo coágulo. 
A pequeña escala, los efectos fueron similares a los de una bala explosiva en caza mayor.




Si el impacto del perdigón, hubiera sido un poco más arriba hubiera lesionado, corazón o grandes vasos, con muerte inmediata. Consiguió salir de este encuentro con el cazador , pero no del siguiente, que calculamos unos siete días después.

 Otra semana más y la escara se hubiera desprendido, el boquete substituido por tejido cicatrizal   y una vez recubierto de piel, tendría este aspecto








Y una vez regenerada y alisada la pluma este otro



Solo quedaría La escara  y las esquirlas oseas del hueso coracoides  y esternón adheridas al coágulo desprendidas y perdidas en el bosque.

Pero la becada si quedaría, con una experiencia  más  para eludir la proximidad del cazador y del perro en el próximo encuentro


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